He recordado a una niña muy pequeña de la mano de su madre y
sus hermanos yendo llena de ilusión a ver la cabalgata de los Reyes Magos. Mientras,
su padre estaba trabajando hasta muy tarde.
A la niña que pasaba horas y horas viendo unos cuentos
preciosamente ilustrados aún sin saber leer del todo. Mirando aquellos buenísimos
dibujos de unos libros tamaño folio y tapa dura, los cuentos de antes, muy
delgaditos pero magníficos.
Los reyes siempre acertaban con los cuentos… hasta que
cerraron la pequeña papelería que vendía sobres azules cuando aún se escribían
cartas y había todo un menú de papeles diferentes para escribir. Cuando se vendía tinta azul, tizas de colores,
lápices que olían a madera y adornos de navidad de papel seda de colores que
formaban guirnaldas, farolillos y banderitas.
Y aquellas luces, las luces amarillas, rojas, verdes y
azules que llenaban de vida y color las calles.
Solo son recuerdos.
Mucha salud y mucha suerte. Hay todo un año por delante por
estrenar.
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