Quiero decirte tres cosas:
La primera es que la noche nace en tu pelo donde me enredo para aspirar el rocío sobre tu piel.
La segunda es que la curva vertiginosa de tu cuello es el camino directo a la tierra que mana leche y miel.
La tercera es que tu cuerpo venusino silueteado por la sábana blanca y gris mientras duermes, se me antoja el punto de confluencia de todos mis senderos.
La oscuridad de la noche converge con el azabache en rizo de tu melena y el vello humedecido sobre tu centelleante alcancía de sonrosados labios.
ResponderEliminarEl atanor de tu cuello, conduce cual reptante sendero, al canalillo en valle, ilustrando la fortaleza de tus blancas colinas, lactando le moet de mis besos.
El vello oleaje de tu cuerpo como tranquilo mar borbollando la espera. Extremidades de blanca luna en gemelos torneados, estilizados, relamiendo en frescas olas tus frescos muslos resiguiendo la doblez de tu montículo, rompeolas de placer tras la encendida noche.
¿Me estás mirando a mí?
Dices tres...,
ResponderEliminarPiensas en dos...,
Anhelas ser una...,
Callas la cuarta.