Serán buenos augurios, ni lo dudes. Pasarán plácidas las
tardes y se acallarán los ruidos, quedando un buen sabor de los días pasados.
Días que fueron de furia, incertidumbres e ilusiones. Quedará un buen sabor.
Nos quedaremos tú y yo viendo la lluvia mansa que ya no nos
importará que caiga, sonriendo tras unos cristales, esperando la próxima vez
que la vida nos requiera tanto.
Y estaremos contentos por haber dado todo, para ellos, que
lo son todo.
Quizás algún día viendo el álbum de los recuerdos recordarán
todo esto; si ello les hace más generosos, habremos cumplido sobradamente; si
ello les sirve de espejo, podremos sentirnos satisfechos.
Apacibles serán los idus de octubre.
Esos idus del calendario, seguramente les harán recodar historias de lo mas variado y espero también que de lo mas enriquecedor. ¡Que bien escribes Fusun!
ResponderEliminarUn besazo
La hora violeta que se aproxima lentamente y que hace mirar hacia atrás con la tranquilidad del que sabe que le quieren.
ResponderEliminarUn abrazo