Desperté de mi ensoñación al ver a mis hermanos tan hermosos, me despertó
un golpe en mi talón y algo duro, frio y doloroso atravesó mi casco, luego el
otro, y el otro y el otro.
¡Y me moví!
Y no, no tenía una estrella en mi frente, no tenía colores, era triste,
oscuro, y mi movimiento solo era un balancín.
¿Quién era yo?
Nada, nadie… solo un caballito de cartón.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario