Hay horizontes que son hermosas rimas plásticas que en sus
ondulaciones sinuosas parecen bellos cuerpos encadenados.
Lluvias extrañas que acarician una tierra que no es tierra
sino porosas piedras que retienen la humedad como ninguna otra tierra, por poco que la niebla o ligeras gotas de agua
las acaricien.
Pequeño hogar para el viento que con constancia y terquedad,
barre cualquier vestigio, cualquier huella humana que una y otra vez, siembra
con mimo y tesón en unas piedras tan ricas, que con un solo rastro de ese
agua codiciada, regala humildes pero sabrosos frutos.
He visitado volcanes. He pisado lava enfriada a borbotones
hace millones de años y he conocido personas recias y de sonrisa fácil.
Delicadas artesanías hechas con arenas en sus colores
naturales, ocres, sienas, grises en todas sus escalas hasta casi rozar el negro más absoluto y que se convierten en preciosos cuadros exquisitamente
creados.
Nubes de atardecer con colores imposibles que se pierden
poco a poco en el manto de la noche.
Tendré que volver.
Me alegra que hayas disfrutado. Precioso atardecer, de esos que cargan las pilas a tope.
ResponderEliminarUn beso.
Es algo muy nuevo, colores calidos y preciosos. Y por todos los lados, el verde del peridoto que es típico de la isla.
ResponderEliminarOtro beso