Siempre me he fijado en los ojos de los grandes genios, de esos que a menudo la historia intenta desnudar descarnadamente pero que en el fondo son tan humanos como nosotros y posiblemente más porque su genialidad hace que su humanidad se manifieste con mayor dureza.
Es cierto que escultores (Rodin) pintores (Picasso, Goya) escritores (Lope, Quevedo, Góngora, Juan Ramón Jiménez) músicos (Beethoven, Chumman, Liszt Tchaikovsky), entre otros muchos, tuvieron unas vidas muy tormentosas, creo que casi todos los genios,fueron unos incomprendidos.
No quiero dejarme llevar por mis divagaciones, lo que yo he observado, es la tristeza tremenda de los ojos de algunas de estas personas tocadas por la genialidad.
Beethoven es mi debilidad. He estado observando retratos y dibujos de su cara, ciertamente sus rasgos son más que atractivos, son atrayentes, incluso hasta hipnóticos, pero sus ojos son de una tristeza insoldable. Fue sordo desde joven y la sordera se acrecentó con la edad, una teoría que vi en una película, parece que se inclina por los malos tratos de su padre que siempre le golpeaba a ambos lados de la cabeza sufriendo así sus oídos. Me cuesta tan siquiera imaginar lo que ha de sufrir un músico como él siendo sordo. Supongo que todos conoceréis y si no yo os lo cuento, la anécdota absolutamente cierta, que nos dice como un músico de la orquesta que él dirigía cuando estrenó la novena, le tuvo que dar la vuelta y ponerle cara al público para que viese los aplausos ya que no podía escucharlos.
Tchaikovsky era homosexual, era guapísimo o a mi me lo parece, un hombre elegante y que se movía perfectamente en la alta sociedad. Vió de niño como murió su madre, sumergida en una bañera de agua casi hirviendo a causa del cólera, ya que se pensaba que así se curaba. Toda su vida, esa muerte fue su miedo y su terror y al final murió por la misma causa, de la misma manera, o eso dicen, ya que se especuló con un suicidio. Sus ojos también son muy tristes, tremendamente tristes. Su música, maravillosa.
La locura de Schumann, y el amor de su mujer Clara, están reflejados en los ojos tristes de ambos, La mirada de Goya, parece que traspasa a quien observa su autorretrato. Sordo, profundamente sordo, pero no le impidió pintar. Leonardo, poco se sabe a ciencia cierta de él, genio entre los genios, paradigma de su época y de todas las épocas, su mirada es tan antigua que te pierdes en ella, en su inquisitiva forma de observar al espectador.
Picasso, no tengo ni idea de los demonios interiores de este genio pero ciertamente su carácter y comportamiento con los que le rodeaban sobre todo sus esposas o compañeras, incluso hijos, fue muy dañino y terrible. Monet se estaba quedando ciego, unas cataratas le estaban dejando sin vista y eso para un pintor como él tiene que ser terríble, pero así con todo, plasmaba lo que veía, creó la asociación de artistas que serían llamados impresionistas, y sus ojos cuando contemplas un retrato suyo, son tristes. Se operó las cataratas y siguió pintando. Juan Ramón hizo la vida imposible a su mujer, misógino y mala leche. Rodin, envidioso del arte de su mejor alumna, Camille, no solo la poseyó como amante, algunas de sus obras son de ella pero firmadas y retocadas por él, al final la condujo a la locura que no fue tal, su internamiento en un manicomio solo fue para quitársela de encima él y su familia. La genialidad de ella en sus obras, muy avanzadas a su tiempo, no era fácilmente asimilable para un maestro de la escultura. Son los ojos de ella los que tienen una inmensa tristeza. No volvió a esculpir.
Y mi querido Vincent. No puedo menos que sentir ternura cuando leo las cartas que mandaba a su hermano Theo y su forma de sentir la pintura. Sus ojos son tan doloridos que cuando los contemplas, casi sientes la profundidad de su sufrimiento interior. Cuando observo sus cuadros, veo todo lo contrario. Es curioso.
Si alguna vez se acuerdan de este comentario cuando vean autorretratos, retratos de seres muy humanos que fueron genios, observen en su mirada, esa mirada dice muchísimo de ellos.
Dejaré algunas fotos aquí para que, si les apetece, dígan lo que ven en sus ojos, posiblemente la apreciación sea diferente a la mía, cada uno tenemos una forma de interpretar lo que vemos, pero a mi todas ellas me parecen impregnadas de una profunda tristeza.
de Arriba a abajo, izquierda: Schumann y Clara Schumann, Camille Claudel, Van Gogh, Tchaikovsky.
Derecha: Leonardo da Vinci, Monet, Beethoven
Interesante, muy interesante. Siempre me ha impresionado el gesto de los artistas, suelen ser gestos duros, desafiantes, rebeldes o insolentes; pero nunca me había fijado que tienen el denominador común de la tristeza en la mirada.
ResponderEliminarBesos.
Quizás es el origen de esa rebeldía o insolencia.
EliminarBesos
Distintos matices de melancolía.
ResponderEliminarPodría ser melancolía, pero si aislo sus ojos, me parece que es una inmensa tristeza.
ResponderEliminarUn saludo